Y no me pidas más perdon, si no hay nada que perdonar. Y no llores en sueños, ni manches las almohadas, no gimas, ni grites que me odias. No pienses en ella. En lo que una vez fue, y en lo que él está creando. Todo ha cambiado. Y no me pidas más perdon si no me vas a perdonar tu antes. No te escondas si de verdad crees que tienes toda la razón. Entonces, ¿Por que desapareces del mapa sin explicarte ni dejarte ver? No quiero ni pedirte perdon, por que ya lo hice.
Pero si algún día haces que tu misma aparezcas por aquí, por que es cosa tuya y de nadie más, estaré aquí. Siempre estuve ahí para muchas cosas que no se pueden contar. Así que no se por que esconder algo tan mágico como lo nuestro. Algo tan mágico como la pura sangre. Y espero que no llores y seas fuerte si tu mundo se hace trizas. Yo estaré en el mundo de al lado, esperándote y mirándote.
Por eso soy yo la que escribe esto, la que echa de menos todo y la que aunque nadie lo crea, menos tiene que decir de todo. Unos pocos dicen que sirvo para esto. Pero no se como expresar lo mal que me siento cuando pienso en ti. Porque hasta el último recuerdo feliz que tengo contigo, se llena de manchas de pena. No más que añadir. A mi, las cosas me van mejor de lo esperado, es lo poco que puedo decir, y lo poco que creo que te alegraría en aquellos tiempos en que me querías.