De niña te enseñaban a ver el mundo en formas geométricas y colores primarios. Era como si los adultos necesitaran equiparte con logros. Luego tenías que pasarte el resto de tu vida desaprendiéndolos. Ésa era la vida, hasta donde ella podía entender. Hacer que todo fuera simple los primeros diez años y, por ese hecho, todo fuera mucho más complicado en los setenta siguientes.



El maiz se inmiscuyó en mi vida, en nuestras vidas,
 cargandose nuestro biomecanismo con su paso.
Con su azucar. Maldito azucar.....

Dime que me amas por encima del maiz,
 dime que el maiz no nos separará.

Pues ahora mismo voy a tirar el maiz a la vasura;
 Si, si, a la vasura, con 'v' de Vendetta.


(dedicado al maiz, ese manjar despreciable que no voy a comer más.)