De niña te enseñaban a ver el mundo en formas geométricas y colores primarios. Era como si los adultos necesitaran equiparte con logros. Luego tenías que pasarte el resto de tu vida desaprendiéndolos. Ésa era la vida, hasta donde ella podía entender. Hacer que todo fuera simple los primeros diez años y, por ese hecho, todo fuera mucho más complicado en los setenta siguientes.



Oscurece.

La noche nos invade a todos por igual. Nos debora, nos arrastra, nos hace ser más débiles. Mientras la luna se rie de nosotros, por intentar cazarla, por intentar hacerla nuestra, cuando no es de nadie. Y mientras luchamos por nuestros ideales, por nuestros sueños, ella se rie de nosotros. Para terminar todos, por igual, deborados por la oscuridad.

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