De niña te enseñaban a ver el mundo en formas geométricas y colores primarios. Era como si los adultos necesitaran equiparte con logros. Luego tenías que pasarte el resto de tu vida desaprendiéndolos. Ésa era la vida, hasta donde ella podía entender. Hacer que todo fuera simple los primeros diez años y, por ese hecho, todo fuera mucho más complicado en los setenta siguientes.



Un paseo como los de antes.

Andaba por las calles de la cuidad y miraba una y otra vez las casas y los balcones, las ventanas y las personas. Lo miraba todo dos veces y veìa lo que había cambiado todo en mi ausencia. Incluso se veía mas bonito todo. Flores por todas partes, ni un trozo de papel en el suelo. Y pensar que antes odiaba tanto esa ciudad... Pero de lo que de verdad me di cuenta, es que no echaba de menos mi ciudad. Lo que de verdad echaba de menos eran las personas que había dejado en esa ciudad. La ciudad era solo una escusa para no odiarme tanto. Pero poco a poco lo superé. Los que quedaron en ella rehicieron su vida. Sin mi. Y los pocos que quisieron rehacer su vida conmigo, me esperaron y guardaron un trozo de sus corazones para mi. O eso fue lo que siempre espere de ellos.

1 comentario:

  1. Ese paseo fue realmente lo que necesitaba, recuerdo que estaba enfadado, porque pensaba que aquel dia por la noche queria pasear y tu estabas cansada. Cuando paseaba no me fije en nada, solo en ti y al volver a tu casa entendi que fui un idiota al comportarme asi, pero que sepas que lo disfrute ^^

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