De niña te enseñaban a ver el mundo en formas geométricas y colores primarios. Era como si los adultos necesitaran equiparte con logros. Luego tenías que pasarte el resto de tu vida desaprendiéndolos. Ésa era la vida, hasta donde ella podía entender. Hacer que todo fuera simple los primeros diez años y, por ese hecho, todo fuera mucho más complicado en los setenta siguientes.




Sus amigas decían de ella que era una persona fuerte, que no debía preocuparse por las adversidades, puesto que ella podía con todo, como año tras año había podido superar todos los obstaculos que se interponían en su camino. Pero ella no pensaba así. Sí, estaba claro que podía recuperarse facilmente de la tristeza o al menos hacer parecer a los demás que era feliz. Hacerse la loca, la radiante, siempre sonriente, aunque también la solitaria. Pero cometía el mismo error una y otra vez. Dependía de sus amigas, de su familia, pero dependía muchísimo más de las personas a las que le cogía cariño. Era una dependecia tan fuerte, que olvidaba que existía ella misma en su interior. Y que tenía que rescatarla como fuera.

1 comentario:

  1. Algún día de estos... Voy a copiarte una entrada. (dejando un Post Data de agradecimientos, claro ;D)

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