Camisa rota. Pantalones descosidos. Tumbada en la cama.
El color rosa claro que hasta entonces había gobernado su vida se desteñía, transformandose en un grisaceo fantasmagórico... Y veía una luz, en la ventana, aunque muy lejana, que le decía palabras difíciles de entender. Todo aquello iba a desaparecer.
Tiempo al tiempo, el tiempo pone a cada persona en su lugar.
La confianza se gana, y él quiere ganársela.
Las lágrimas nos harán fuertes. Nos moldearán. Nos harán ser diferentes a los demás.
Gritos, suspiros, sollozos, lágrimas, no sabía como entender...
Y ahora, un poco más, pero ella lo entiende.
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