De niña te enseñaban a ver el mundo en formas geométricas y colores primarios. Era como si los adultos necesitaran equiparte con logros. Luego tenías que pasarte el resto de tu vida desaprendiéndolos. Ésa era la vida, hasta donde ella podía entender. Hacer que todo fuera simple los primeros diez años y, por ese hecho, todo fuera mucho más complicado en los setenta siguientes.



paranoya necrologica.

Ese día estaba asustado, empece a dejar mis cosas por toda la casa. Mis notas más secretas, empecé a colgarlas por las paredes de mi habitación y en las ramitas de las plantas de la casa. Dejé el numero pin de mi movil en el cajón de la mesita de noche de mi madre, con una nota instandole a que lo encendiese en caso de quedarse sin bateria, para que siempre hubiese algo mio allí para ella, para que viese la música que me gustaba, las fotos que yo guardaba... Empecé a preocuparme por mi ropa, aunque era lo que menos me importaba, cogí mis camisetas favoritas y las metí en la mochila. Sabía quien las quería y serían para esa persona. Me asusté, me asusté mucho, todo iba a acabar. Yo no estaba preparado. No podía dejar de pensar que sería de todos mis recuerdos y de todas las personas que habitaban en ellos. Donde quedaría todo y donde quedaría yo. Verdaderamente estaba muerto de miedo. No podía esperar a que todo esto ocurriera. Deje todas esas cosas allí y me fuí. No muy lejos, pero no quería que me viesen desaparecer todas aquellas personas a las que yo tanto amaba. Creo que se dieron cuenta de todo lo que me había pasado, cuando me encontraron. Pero era mejor así, por que no quería meterles en la cabeza todo el miedo que yo tenía. Y ahora ya esta. Ya no existo para mi mismo, ya no existo para nada, excepto para ellos. Los observo todos los días. Y no están tristes. Son felices por mi, por tener todas mis cosas y todos mis recuerdos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario