De niña te enseñaban a ver el mundo en formas geométricas y colores primarios. Era como si los adultos necesitaran equiparte con logros. Luego tenías que pasarte el resto de tu vida desaprendiéndolos. Ésa era la vida, hasta donde ella podía entender. Hacer que todo fuera simple los primeros diez años y, por ese hecho, todo fuera mucho más complicado en los setenta siguientes.





Todos necesitamos esa chispa que nos activa, que nos hace sentir tan vivos como el primer día en que conocimos a esa persona que nos cambió, el primer día que bailamos sin ton ni son, como si nada más importase. Es como cuando tomas una infusión calentita, y te baja por el esófago lentamente, y sientes durante unos minutos algo dentro de ti, que te conforta. Podría explicarse de una forma muy simple, y esta es el modo en que sonríes cuando estás cerca de él o de ella, es el modo en que os acariciáis las manos, y ya está. 
Para mi, es ese momento en el que descubres tus secretos a la otra persona y no te juzga.  Es ese momento en el que descubres aquella frase que decían tus padres que no entendías, " no estamos discutiendo, estamos hablando", y la entiendes. O el momento de ternura cuando duerme.  
Espero que encontréis la chispa de la vida, que no es la coca-cola.

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