De niña te enseñaban a ver el mundo en formas geométricas y colores primarios. Era como si los adultos necesitaran equiparte con logros. Luego tenías que pasarte el resto de tu vida desaprendiéndolos. Ésa era la vida, hasta donde ella podía entender. Hacer que todo fuera simple los primeros diez años y, por ese hecho, todo fuera mucho más complicado en los setenta siguientes.



ojos, nariz, boca, orejas y manos, sacadme de aquí.

Se siente inalcanzable, se mezcla entre sus propios pasos y la lluvia. Rápida, fugaz. Las frías gotas de lluvia rozan su cuerpo y mojan lo mas mínimo su ropa. No le afecta el viento, ni el frío, ni el calor, ni el temor. La lluvia cesa, y oscurece. Anochece, mientras vaga por las calles buscando sus alas. Esas alas que perdió hace tanto tiempo, no recuerda donde. Debería haber dejado de andar hace horas, ya no sabe donde está, hacia adonde va. El poco viento que sigue en esa ciudad la empuja suavemente y la vuelca frente al mar. Ha llegado a su destino. Las estrellas se rien a carcajadas de ella. Son muchas, y esta noche no son sus aliadas. Tiene miedo, esta oscuro, todo vuelve a afectarle del mismo modo que antes, la lluvia golpea de nuevo en su ropa y, esta vez, queda totalmente aguada. Busca a aquella persona que tiempo atrás estuvo allí. No la encuentra, solo ve a una chica mojada y hecha trizas, sentada en la orilla. No puede volver. No puede encontrarte a si misma otra vez, por que todo ha cambiado y la oscuridad no va a terminar nunca...

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