De niña te enseñaban a ver el mundo en formas geométricas y colores primarios. Era como si los adultos necesitaran equiparte con logros. Luego tenías que pasarte el resto de tu vida desaprendiéndolos. Ésa era la vida, hasta donde ella podía entender. Hacer que todo fuera simple los primeros diez años y, por ese hecho, todo fuera mucho más complicado en los setenta siguientes.



Un dia te das cuenta.

Un nueve de agosto me di cuenta, de lo importante que puede ser la amistad.
Un nueve de agosto me di cuenta, de que no se puede amar sin antes aprender.
Un nueve de agosto decidí, que prefería a alguien con valor, que a alguien que no se sabía si tendría algún día valor. Un nueve de agosto  del dos mil once, me di cuenta de que había pasado los años engañandome y buscando cosas que no eran correctas.
Un nueve de agosto de ese mismo año, decidí volver a empezar.
Ese nueve de agosto no se puede olvidar.

Son cosas, que no se pueden contar.rar

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